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sábado, abril 03, 2010

Sentido y Sensibilidad

Darle sentido a las cosas siempre me parecio fundamental para valorarlas.
Al principio de mi historia, en esos momentos extraños en los que la personalidad se define, a base de copias mal hechas y enseñanzas mal aplicadas, me costaba mucho encontrar sentidos. Fui un niño pregunton, y afortunadamente un niño muy lector. Hasta los prospectos de las medicinas me leia yo (me hizo gracia ver una parodia de tal compulsion en una pelicula). Ese afan por la lectura me hizo solitario en mis reflexiones, porque compartir con niños de tu edad cosas que no son de tu edad siempre te lleva a problemas.
En ocasiones me entristecia ese aislamiento de mi esencia (aunque por aquel entonces no le llamaba asi, simplemente me dolia que se burlasen de mis ideas), pero en otras me sentia hasta superior porque veia venir los problemas con anticipacion, y ademas desarrolle un ojo critico para saber de partida con quien podia compartir mis ideas. Rapidamente descubri que se quedaban fuera de rango el 99% de mis compañeros. Y un poco mas despacio fui dandome cuenta de que tampoco los adultos me hacian caso. Al fin y al cabo con 14 años casi nadie te toma en serio cuando dices algo coherente o haces una pregunta con sentido comun. Los de tu edad simplemente estan en la parra, y los adultos esperan que tus preocupaciones oscilen entre el futbol y las chicas.
Asi que encontrar sentido a las cosas definio mi adolescencia, mas si cabe que mi infancia. Si algo tuve bueno fue que al contrario que algunos niños precoces, no me enfoque unicamente en el intelecto para averiguarlo todo. Probablemente ahora tendria una vida de exito economico si asi lo hubiera hecho, pero en lugar de eso me enfoque en desarrollar no solo la mente logica sino tambien la emotiva. De esa manera los sentimientos y las emociones no se me quedaron descolgados. Me costaba cuadrar ambas evoluciones, di saltos en uno y otro sentido constantemente. Pero solian coincidir algunas veces, porque un impulso en un sentido casi garantizaba una investigacion de los motivos en el otro.
Por eso siempre he tratado de entender lo que sentia, y de sentir lo que pensaba. De ahi el titulo de esta entrada. No concibo ambas circunstancias por separado. Al contrario que en la pelicula, todo sea dicho...

Siempre me parecio que todo tenia cierta magia. Era como si comprenderlo me emocionase. Y cuando sientes algo acerca de lo que descubres, no es solo la satisfaccion de un problema resuelto lo que obtienes. Es la sensacion de que descubrirlo, entenderlo, asimilarlo, da sentido en si mismo a tu vida. Creo que el ser humano esta basado de forma muy radical en el aprendizaje, y en la integracion de nuevos descubrimientos para su progreso. En la evolucion inicial de un bebe se crean y destruyen mas sinapsis que en el resto de su vida, porque esta probando cada dia cosas nuevas que le permitan sobrevivir, y lo hace a tal velocidad y con tanta intensidad que lo integrado forma parte de su estructura cerebral para el resto de su vida. Si tuvieramos la plasticidad cerebral de un bebe el suficiente tiempo, seriamos capaces de adquirir casi superpoderes. Dominar veinte o treinta lenguajes seria lo habitual, por ejemplo. Segun parece hasta dentro del utero se comienza a identificar el tono de la madre para posteriormente tenerlo ya asociado a una sensacion placentera, por eso el sonido de la voz materna nos hace reaccionar tan instantaneamente, es una de las cosas que primero grabamos. Ese ansia por aprender nos define como especie, esta tan entremezclada con nuestra evolucion como personas que sin ella podemos hasta morir. De hecho, cuando damos por sentado que lo sabemos todo, es justo cuando podemos marcar el comienzo de nuestro declive y desaparicion. Porque en ese momento dejamos de tener interes por nada, y todo se transforma en una repeticion, en una copia deslucida de lo ya vivido. Es un gran peligro para la mente dejarla creer que ya no tiene nada mas que aprender. Como cualquier musculo que no se usa, se atrofia, se seca y se vuelve inutil. O se convierte en una parte infrautilizada de nuestro arsenal para afrontar la vida. Y deja de buscar respuestas nuevas a problemas nuevos. Se cierra, se obceca y se defiende ante los cambios. Y la magia desaparece.

La sensibilidad tambien ha formado parte constante de mi crecimiento. No fui un niño delicado, en el sentido de que no estaba todo el dia llorando. Pero es cierto que prestaba mucha atencion a la parte emocional de las cosas, aunque reflexionando ahora me doy cuenta de que trataba de controlar las emociones para que no me delatasen. Nunca me gusto la violencia, por ejemplo, y siempre me lleve mejor con las chicas que con los chicos. Ademas esa ligera ventaja de madurez que se da sobre los 12 años a mi me gustaba. Las chicas ademas de ser un poco mas maduras y serias que los chicos a esa edad tambien tienen una ventaja fundamental. Pueden expresar y sentir abiertamente sus emociones, eso las integra en su grupo. Justo en ese momento, las hormonas masculinas comienzan a definir a los hombres, y lo hacen en sentido opuesto. Tienes que comenzar a luchar en la jerarquia del grupo de machos para determinar tu posicion y saber como comportarte segun tu ranking en la manada.
Todo eso me parecia tremendamente atrasado a esa edad. Con 13 años ya leia autores de cierto peso, y con 14 años comence a leer filosofia. Mientras el resto de mis compañeros hacian el cafre y se dedicaban a marcar sus territorios, yo abria mi mente a la literatura clasica, y me interesaba por el origen de las sociedades, las culturas y las costumbres. Pase de jugar con canicas a jugar con conceptos en muy poco tiempo. Y a pesar de que me sentia muy extraño porque la soledad parecia ser la unica que me acompañaba y entendia, comence a darme cuenta de que ese es el destino de todo ser humano, asumir la soledad y abrazarla como nuestra fiel aliada en cualquier situacion. En mi adolescencia ser capaz de superar determinados episodios solo me fue posible porque aprendi a estar solo, y a estar bien cuando lo estaba.
Mi sensibilidad crecio a la par que mis conocimientos. Deje de sospechar de los extraños, y tambien deje de pensar que me separaban barreras invisibles de otras edades. Me relacionaba con quien me escuchaba, y trababa amistad con personas de cualquier edad dispuestas a valorar mis preguntas, mis dudas, mis recien estenadas convicciones, y mi ilusionada y utopica forma de ver el mundo.
Con cada conocimiento surgian nuevas dudas, pero se despejaban incognitas. Entendi por fin porque probablemente ninguna religion me llenaria, al darme cuenta de que los que las profesaban, los que las difundian y los que las criticaban tenian todos los mismos defectos, y ninguno de ellos trataba de superarlos realmente. Los problemas seguian igual, la gente no cambiaba ni era mejor segun la religion que tuviese. Al final entendi lo que ya habia sentido estando en la iglesia de pequeño. Todo era una fachada de buenas intenciones que no se llevaban a cabo. La gente salia de misa y seguia con sus mezquindades, sus odios familiares, o con sus bondades y su respeto por los demas, pero la religion nada tenia que ver con ello. Solo una fuerte conviccion personal acerca de lo correcto y lo incorrecto era para mi lo que podia guiar a las personas y unirlas independientemente de su origen etnico, de clase o religioso. Y nada de lo que he vivido me ha enseñado otra verdad que esa, la bondad es una decision, y se aprende mediante la imitacion de actos bondadosos. Y ahi solo interactuan humanos, no hay dioses mezclados, ni las farsas son necesarias.

Sentido y sensibilidad, pues, son ambas caras de la misma moneda, que somos nosotros. Sin una de las dos caras, es decir, si jugamos a cara o cruz con una moneda trucada, siempre hacemos trampas. Buscar unicamente el sentido de las cosas nos lleva a un materialismo feroz. Nos convertimos en cientificos locos de nuestra propia vida, buscamos lo que satisface a la materia, lo que llena nuestros receptores de dopamina, lo que quimicamente nos hace entrar en un extasis que sabemos es puramente fisico, porque estamos vacios de espiritu. No hay una motivacion sensible, elevada, para nada de lo que hacemos. Comprendemos las reglas de los juegos sociales o hacemos lo maximo por comprenderlas, y jugamos a ellas para que no nos ganen los demas. Tratamos de obtener altas jerarquias, grandes ingresos, posicion respetable. Nos medimos por nuestra clase social, y no por nuestra calidad humana. Dejamos de ver al otro, solo lo cuantificamos y cualificamos en funcion de lo que podemos obtener de el. Somos nuestro centro y no damos acceso a extraños. Hacemos crecer un castillo de falsas seguridades a nuestro alrededor, encerramos en el sotano a nuestro corazon para que nadie lo hiera, y echamos la llave al foso lleno de los cocodrilos que alimentamos con cada herida que los demas, con tanto miedo como nosotros, nos hace.
La otra cara no es mas amable, aunque lo parezca. Centrarse en la sensibilidad y el espiritu olvidando que somos materia nos descontrola las ideas. Cualquier esperanza se convierte en guia, cualquier guru tiene la llave de la felicidad. Nos hacemos misticos, santones o interpretes de viejos libros de reglas obsoletas para tratar de guiar vidas de las que no comprendemos casi nada. Una palabra de cualquiera con carisma bastara para enloquecernos. Seguimos sectas, o creemos en milagros, o en formulas automaticas para conseguir felicidad en estado puro. La quimica interior de la realizacion mistica se convierte en otro tipo de droga, mas peligrosa si cabe, porque solo con nuestro cuerpo somos capaces de generarla. Y engancha mas que las drogas convencionales, porque la gente que la experimenta esta convencida de que lo hace por un buen motivo. Y una conviccion es algo muy peligroso si no deja espacio para la duda. Las columnas mas firmes hacen a los edificios mas vulnerables a los terremotos.
Y lamentable o afortunadamente, en toda la historia de busqueda mistica de la humanidad, nadie ha dado con las respuestas adecuadas. Solo se han despejado las incognitas, pero sin asignarles un valor determinado. Hacer X no implica Y. Porque depende de la interaccion entre humanos, que son libres de decidir como interpretan los resultados. Eso si, los que encontraron la forma de convencer a grandes masas de personas de que sus formulas eran las correctas, bien mediante la manipulacion de las pruebas bien con la creacion de metodos que coincidan con la llamada de los instintos (dando a cada necesidad instintiva una respuesta mistica, como el instinto de grupo que hace que la gente se apiñe en las iglesias para aumentar su seguridad y confianza en el grupo o la identificacion con los de tu misma tribu), bien mediante el lavado de cerebro desde la mas tierna y susceptible infancia acerca de la orientacion a seguir en tu vida, sus objetivos los van cumpliendo. No son otros que mantenerse a expensas de los esfuerzos de los convencidos. Si las instituciones religiosas expusiesen a votacion sus verdades fundamentales contrastandolas con la realidad de los conocimientos actuales acerca de los motivos por los que sus fundamentos fueron creados por sus fundadores para satisfacer una necesidad instintiva humana, pocas de esas verdades se mantendrian misticas. Y por tanto los seguidores misticos, los que buscan el milagro, se verian decepcionados. Seria el fin de las religiones tal y como las conocemos, y habria muchas guerras entre las miles de sectas que surgirian, nuevas tribus con nuevos lideres tratando de aprovechar el hueco dejado.

Estas reflexiones un sabado a las 8 de la mañana son un poco extrañas, quizas. Pero hace tiempo que he dejado de relacionar las horas con la vida. Cualquier hora es buena para reflexionar. Cualquier hora es buena para amar. Porque cualquier hora tambien es buena para morir. Y dado que no sabemos cuando llegara la ultima, creo que lo mejor es dedicarse a lo que nos llene de sentido y sensibilidad, en una balanza de cuyo equilibrio somos todos y cada uno responsables, en la medida en que nos hayamos podido liberar de todos los aprendizajes equivocados de nuestras vidas.
En esa tarea emprenden su camino todos los personajes que gracias a los libros he conocido, y tambien llevo en ella gran parte de mi vida. Me ilusiona pensar que algun dia habre desaprendido tantas cosas que cada amanecer sea de verdad una luz nueva para iluminar mis pasos.

Y entonces podre caminar, aunque solo, siempre acompañado por aquellos que me entiendan, en silenciosa y alegre procesion mientras sonreimos ante cada nuevo amanecer. No es una mala vision de futuro, creo yo. Os deseo que tengais la vuestra tambien. Hasta pronto!!

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola.
Profundidades a las 8 de la mañana de un sabado. No esta mal. Tengo que decir que toda tu obra se empapa de soledad. Todos tenemos nuestros vicios. El tuyo parece ser la soledad.
El mio es la perfeccion. Complicado concepto ya que no existe como tal en este mundo. Alguien a quien quiero mucho me hablo de la perfecta imperfeccion. Y aquello se me quedo grabado. Aunque no existe.... sigo buscandola cada dia, y en cierto modo me siento sola... aunque no considero que la soledad sea una amiga que me acompaña en mi vida...te aseguro que puedo ser capaz de transformar un sabado a las 8 de la mañana en un momento de paz y de perfeccion... quizas no eterno, pero un momento bello que compartir con alguien...soy bastante madrugadora y me siento llena de energia cuando despierto...espero poder encontrarme contigo algun dia en esas circunstancias...y escribir algo lleno de esperanza, lleno de vida...

Luis dijo...

Mas que un vicio es una sensacion que tratare de definir brevemente.
A base de hablar conmigo mismo y plantearme siempre primero las dudas en modo debate interno, asumiendo los pros y los contras de cada decision desde que tengo uso de razon, en realidad la soledad par mi es tiempo de recreo, de juego, de plantearme cosas.
Cuando estoy solo no echo de menos a las personas, porque me acompañan sus sensaciones y la parte que he absorbido de ellos. Creo que hay una ligera traza, un poso interno que vamos dejando en los demas. Y esa huella, como la que deja el amante en la cama recien levantado, ese calor de alguien que acaba de estar ahi mismo, sigue viva en todos nosotros si sabemos reconocerla.
Esa huella nos enlaza con los demas, les hace presentes aunque la mayor soledad nos rodee. Siempre me he autocalificado como acumulativo y sumador. A veces incluso multiplicador. Y sumar mas vida a la mia es lo que hago cuando intento conectar con los demas.
Por eso la conexion deja un hilo, si es autentica, que no se rompe ni entiende de tiempo ni espacio.
Por eso los amigos de corazon no dejan de reconocerse entre si por mucho tiempo que haya transcurrido y mucha vida que les haya reestructurado.

Por tanto, aunque todo mi ser es solitario, crece y experimenta su entorno en soledad (me parece muy importante recalcarlo, mientras no exista una telepatia controlable seguiremos aislados dentro de cada uno), para mi la soledad es algo alegre, vivo y muy util (aparte de inevitable, claro!!).

Aunque he de admitir que la propia palabra soledad tiene demasiadas connotaciones negativas como para usarla a la ligera. Buscare un sinonimo jejeje...

Gracias por tan maravilloso aporte!!

Anónimo dijo...

¿A que se llama soledad? ¿que es la falta de compañia? Hay una con connotaciones positivas, y hay otra, la negativa. La negativa es la cosa mas triste del mundo, y la positiva es aquella que esta unida desde ti, desde tu propio mundo, al mundo entero. Si careces de tu mundo, de ti, si te faltas como persona, entonces no hay nada. Solo existe la penosa soledad, que tambien como cualquier tipo de amistad, la que uno tiene consigo mismo, y con el entorno, vas acumulando. Que con el paso del tiempo se va haciendo mas dura y te va desangrando por dentro y por fuera, hasta que tu insignificante existencia, se pierde por completo, se le hace insuperable a tus unicas fuerzas y no puedes, ni quieres soportarla mas.

Anónimo dijo...

¿y cuando ocurres eso? Cuando deja de tener sentido tu mundo.

Anónimo dijo...

JULIA (HIJA DE CORO) DICE:

Cómo nos parecemos, cabroncete