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martes, octubre 26, 2010

Hay tardes, hay noches...


Sinead O Connor, Nothing Compares To You

Hay tardes, hay noches, que solo quieres recogerte y abrazarte.
Que necesitas un abrazo de alguien que ya no podra dartelos mas. Y sin embargo aun los anhelas, aun los esperas y piensas en ellos.
Esos dias, solo quieres escuchar musica triste, porque necesitas fijar un recuerdo, necesitas alimentar tus sensaciones, te gustaria no olvidarte nunca de todo lo bueno que fue compartir vida con alguien que fue tan generoso como atento contigo.
Esas tardes, te das cuenta de lo mucho que valoras cosas que solo entre vosotros existian, detalles que solo entre vosotros eran importantes. Esas tardes, esas noches, te gustaria llorar aunque no puedas o no quieras, aunque te hiciera sentir un poquito peor, por todas las lagrimas que no pudiste o no supiste compartir a tiempo con esas personas que echas de menos.

Esas tardes, esta tarde, me gustaria tener un animal de compañia, que me mirase como hacen los gatos, comprendiese mi estado de animo y me diese lo que necesito sin preguntarme porque lo necesito.

Me gustaria hablar con amigos, llorar con amigos, reirme entre lagrimas con amigos y sentir que hay cosas que siguen en pie, que hay cosas que nunca se derrumban, que permanecen a pesar de todo, que vencen cualquier obstaculo y que le dan sentido a una vida tan injusta e indiferente como esta.

Mientras recibo mensajes de animo me doy cuenta de que no estoy solo en el camino, y aun queda mucho por compartir que merece la pena. Mientras vuela tanto cariño y noto que me piensan, se que su deseo de que este mejor es sincero, sale del corazon, sale de su interior y no de su cortesia, y solo confirma una vez mas que en los peores momentos se descubren las mejores personas.

Cuanto mas pienso en mis abuelos, mas agradezco su dedicacion. Mas agradezco su esfuerzo y su preocupacion por hacer de sus hijos, de sus nietos, de los que conocian y hasta de los desconocidos mejores personas. No dejo de repetirme una y otra vez que se equivocaron mucho, para no ponerlos en ningun pedestal. No dejo de pensar en ellos a mi lado, sonriendo, animandome en cada paso que he dado. Sigo viendo sus verdades como puños esculpiendo trozos de mi paisaje diario.

Ya no tengo su referencia viva ni su experiencia para alumbrar mi camino. Su luz esta apagada, pero mi camino hubiera sido mucho mas oscuro sin ella. Yo solo mantengo una pequeña llama, un candil como el que hace poco me regalaron, que seguira iluminando el camino a casa, porque aunque sea pequeña, la luz del hogar nunca se extingue si la proteges con todas tus fuerzas.

Se que no me importa donde viva ni como, porque lo que ellos me dieron nadie me lo puede arrebatar. No lo compre, ni lo estudie, ni lo gane. Simplemente me llego como un regalo de personas que creian que eso era lo que debian hacer. Al igual que ellos, aunque en ocasiones no he entendido porque, en muchas ocasiones en mi vida me he preocupado de los demas de igual forma que ellos lo hicieron conmigo. Sin saberlo, simplemente estaba devolviendo el cariño que ellos habian sembrado en mi, la atencion que ellos me habian prestado, la confianza que ellos habian depositado a fondo perdido, la libertad que me habian otorgado siempre para que yo decidiese y cometiese mis propios errores.

Cuando pienso en las personas que a lo largo de mi enrevesado camino he conocido, y que no me entendieron, siempre acabo en la misma conclusion. No lo hice lo suficientemente bien. Quizas la ultima leccion que me cueste aprender de mis abuelos, es que sabian dejar a un lado a las personas que no entendian sus actos de amor. Yo no puedo dejarlas. En una tarde como esta, lloraria a su lado como al lado de cualquier amigo que si confiase en mi, que si me entendiese, que si aceptase plenamente que no me escondo detras de mascaras ni trucos, corazas ni poses. Simplemente no puedo dejar atras a nadie que haya conocido de verdad.

En ocasiones me pregunto como seria mi vida si invirtiese mi tiempo solo en aquellos que me aportan cosas buenas. Y me doy cuenta de que quizas seria todo mucho mas facil. Me doy cuenta de que en ocasiones, me he esforzado hasta limites insospechados en ser entendido por personas que simplemente no querian aportar nada a mi vida. En mas oportunidades de las que puedo recordar, me he sentido accesorio en las vidas de los demas, como un invasor de su espacio, bien definido, mientras los difusos limites de mi propio espacio amenazaban con entremezclarse y desdibujar los suyos. Es como tratar de volar hacia una ciudad de cristal siendo una simple nube, y darte cuenta de que ni tu lluvia ni tus arcoiris importan, porque resbalaran tras el cristal sin que tus gotas lleguen a refrescar a ningun habitante de la ciudad.

Luego pienso que mis abuelos a traves de su vida entera me demostraron para que sirve ser asi. Sirve para que tus actos tengan sentido por si mismos, no por sus resultados. El esfuerzo que yo he hecho nunca lo senti como esfuerzo hasta que me puse a evaluar los resultados. Solo cuando comparo lo ganado con lo invertido es cuando lamento el tiempo que pase dedicando parte de mi vida a una persona. Y todo ese ejercicio me parece cada dia mas absurdo. Se que mi abuelo no veia en mi una inversion. Se que mi abuela no me queria menos por vivir lejos o pasar poco tiempo con ella. Se que ambos me valoraban por la persona que soy, no por la que pudiera ser ni por mis meritos en la vida.

Cuando yo miro a un amigo, lo hago de esa manera. Me quito de encima todos los condicionamientos que me dicen lo que gano o lo que pierdo con ese amigo. Simplemente me pregunto si es feliz, y si yo puedo hacer algo para contribuir a esa felicidad. No me hace falta nada mas, no me hacen falta respuestas ni resultados ni balances. No me hace falta que me divierta, no me hace falta que me lo agradezca, no me hace falta que se de cuenta.

Siempre que pienso en las cosas que hago mal, se que una de ellas es dedicar tiempo y recursos a causas perdidas de antemano. Pongo mi voluntad y mi esperanza en que mis amigos dejen de hacerse daño a ellos mismos, y me esfuerzo por ser un ejemplo que nadie va a imitar, porque muy pocos pueden ver mas alla de su propia realidad. Luego, cuando estoy a punto de tirar la toalla, a punto de dar la vuelta y la espalda, me doy cuenta de que a mi hay personas que nunca me han dado la espalda, y me averguenzo de mi mismo por pensar en abandonar a alguien a quien le puedo aportar algo, aunque no quiera recibir nada de mi.

Me dan muchas ganas de llorar ahora mismo, pensando en las ocasiones en que he podido marcharme de las vidas de mucha gente, renunciar a ellos, ignorarles, olvidarles, que su existencia me fuera indiferente. Solo el olvido es la verdadera muerte. Se que yo no olvidare a mis abuelos. Y no voy a olvidar ni a dejar de lado a nadie que haya conocido en quien confie.

Hay dias como hoy en que me gustaria que mas personas a mi alrededor confiasen en la vida y en los que les rodean. Hay noches como hoy en las que me gustaria tener a mi lado a alguien que con una mirada hiciera que sobrasen las palabras. Hay tardes grises, en las que conduzco mientras escucho melodias tristes como hice hoy, mientras pensaba en todos aquellos a los que hace tiempo no abrazo.

Se que mañana, o pasado, o al otro, estare mejor. Se que mi quimica se alia con mis emociones, que todo esto sirve para prevenir dolores futuros. Se que no lloro porque, aunque puedo, me vence la sonrisa cuando pienso en el amor vivido con mis abuelos, y no en el amor perdido tras su partida.

Se que a mis amigos los quiero y los querre siempre, aunque ellos ni lo sepan ni les interese saberlo. Pienso en mi abuelo, tantos años pensando en mi mientras yo me dedicaba a vivir mi vida. Y me doy cuenta de que, si algo me haria sentir en paz, seria creer que algo de lo que se llevo, aun permanece arraigado en mi.

No me siento egoista por haber vivido mi vida de forma tan independiente de mi familia. Me siento agradecido por haber disfrutado de la libertad que yo ahora tengo por conviccion y bandera. Me dieron lo que ofrezco, me regalaron lo que ahora yo puedo regalar. Me animaron a crecer, a pensar y a ser mejor persona. Me regalaron la vida y mucho mas que cualquier cosa material. Me hicieron creer en las personas. Y solo honrando ese regalo es como me sentire bien.

Si tengo suerte, sus enseñanzas me serviran a mi y a todos los que me escuchen con un corazon receptivo. Si tengo suerte, y sigo esforzandome, encontrare los medios para conseguir que a quien lleguen mis palabras les llegue su mensaje, que no el mio. Su amor, su confianza y su interes en que yo llegase a mi pleno potencial. Si soy afortunado y me empeño en ello, conseguire que en mi camino se formen lazos con los demas que solo comiencen como semillas, pero tengan vida propia y germinen, y crezcan sin limite ni techo.

Siento que mi vida tiene sentido, gracias a ellos. Se que nada se compara a ellos.

Hoy no he llorado. Pero si he sentido. Recuerdalo, luis, recuerda sentir siempre todo. Y asi lo que pienses, lo pensaras tambien con el corazon.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Cariño mío! siento mucho enterarme de esta manera, de la ausencia de un ser tan hermoso.....que ha sido responsable de tu gran corazón.... Si Luís ese maravilloso corazón que gastas, sabes que bajo mis conocimientos el traje se va pero el espíritu perdura. Es un maravilloso regalo el que le haces a tu abuela cuando la recuerdas con cariño... ella se siente orgullosa de ti. Me entran tantas ganas de estar ahí y estrecharte entre mis brazos.... sabes que tu irremediable Campanilla lo haría sin pestañear.
Quiero que sepas que siempre puedes contar conmigo, aunque lo sabes de sobra: es bueno decirlo,
Te quiero muchísimo... Hoy se me encogió el corazón al leerte y se me llenaron los ojos de lágrimas y de emoción. No cambies, mi rey, eres único... eres muy especial.
Un beso y un cálido abrazo para mi Peter de su Campanilla.

La gata Negra dijo...

Vaya..............hoy era el dia de encontrarnos por lo que parece... me has emocionado hasta la tristeza y la añoranza de un abrazo.......te lo regalo a ti asi......compensarmeos los que nos faltan.......
Luis, gracias por haber coincidido.

Luis dijo...

Gracias a ti, Gata Negra.
Bienvenida a mi vida.

Ya nos iremos conociendo, quizas hasta poder ver el extremo de las alas del otro.

Es lo bueno de volar, que se comparte pero no se puede explicar.

Me viene muy bien ese abrazo.